I Want To Do It My Way! | ¡QUIERO HACERLO A MI MANERA!

By 7th December 2022 Uncategorised

Not long after we got married, my husband and I decorated our new flat. He was better at home improvement than me so he gave me the menial jobs like tea-making and vacuuming up his messes. 

I was fed up with being the dogsbody so I started to argue that I was ready at any task and could do half the ‘real’ work. I hardened my heart each time my husband sent me on an inane errand. 

In the end, I exclaimed, “I can do home improvement!” With an intensely annoying expression of disbelief plastered across his face, my husband handed me a screwdriver and told me, “Change the living room door handle.”  

I’m An Expert!

“That’s easy,” I muttered as I set to work. I removed each screw and, feeling wonderfully smug, pulled the handle out. I closed the door to shut out my husband’s patronising guidance. I stooped down to collect the new knob to start the second part of the job. 

Then it dawned on me. You need an open door to fix a handle. But I’d removed the handle and shut the door! I was covered in sweat and locked in our living room.

I hollered through the door whilst my husband amused himself by leaving me there to reflect for twenty minutes. It’s amazing how silly we can be when we’re stubborn. 

This is a harmless example, but the attitudes of our heart can get us into trouble. However easygoing you are, there are probably moments when you are stubborn. We all want our own way from time to time. 

Becoming Bendable 

To fulfil our destiny, we must be determined and disciplined. The key is to remain unshakeable whilst becoming bendable. We need to grow what’s good whilst breaking what’s bad. 

When we are stubborn, we find it difficult to see our own error. We will argue our point and stand firm in our own opinion. People close to us might become frustrated because we fight our corner until they surrender (whether we are right or wrong). 

In effect, we harden our hearts to the views or voices of others. When we harden our hearts, we resist convicting truth. We probably believe that we are obeying God, but very often He sends us a message through other people. 

Willing To Listen 

We have to learn to listen with an open mind to the perspectives of others. It might be the Spirit speaking. Proverbs 28:14b says, “He who hardens his heart will fall.” 

God has an awesome plan for your life. He has great places He wants to take you and great people He wants to release into your life as friends or mentors. However, He may have to wait until you are ready.

We all know what it feels like to resist challenge and insist that we’re right. We have to learn to stop arguing, humble ourselves and listen.

I Surrender… All?

With hands lifted high, we all sing at the top of our voices, “I surrender all, I surrender all.” But in reality, we only really give up what we want to. Hebrews 3:15 says, “Today if you will hear His voice, do not harden your hearts.” 

When your inner voice rejects the challenge of others, why not try to quieten it and hear the comments of your neighbor instead? Even if it takes all your will, choose to listen and even to accept. It demands serious humility, but it’s worth it.

The more we get healed of all inner hurts, the easier it is to humble ourselves. If you want to get ready for 2023, join my free 5 day challenge: Kickstart Your Year! God will restore, refresh and strengthen you, ready for a great year.

No mucho después de casarnos, mi esposo y yo decoramos nuestro nuevo apartamento.  Él era mejor en las mejoras del hogar que yo, así que me dio los trabajos de baja categoría, como preparar té y aspirar su desorden.

Estaba harta de hacer los trabajos serviles, así que comencé a argumentar que estaba lista para cualquier tarea y que podía hacer la mitad del trabajo “real”.  Endurecí mi corazón cada vez que mi esposo me enviaba a un recado tonto.

Al final, exclamé: “¡Puedo hacer mejoras en el hogar!”  Con una expresión intensamente molesta de incredulidad plasmada en su rostro, mi esposo me entregó un destornillador y me dijo: “Cambia la manija de la puerta de la sala”.

¡Soy Una Experta!

“Eso es fácil”, murmuré mientras me ponía a trabajar.  Quité cada tornillo y, sintiéndome maravillosamente satisfecha, saqué la manija.  Cerré la puerta para dejar fuera la guía condescendiente de mi esposo.  Me agaché a recoger la perilla nueva para comenzar la segunda parte del trabajo.

Entonces me di cuenta.  Necesito que la puerta esté abierta para arreglar la manija.  ¡Pero yo había quitado la manija y cerrado la puerta!  Estaba cubierta de sudor y encerrada en nuestra sala de estar.

Grité a través de la puerta mientras mi esposo se divertía dejándome allí para reflexionar por veinte minutos.  Es increíble lo tontos que podemos ser cuando somos tercos.

Este es un ejemplo ligero, pero las actitudes de nuestro corazón pueden meternos en problemas.  Por más tranquilo que usted sea, probablemente hay momentos en los que es terco.  Todos queremos hacer las cosas a nuestra  propia manera de vez en cuando.

Volviéndose Flexible

Para cumplir nuestro destino, debemos ser determinados y disciplinados.  La clave es permanecer inquebrantable mientras nos volvemos flexible.  Necesitamos hacer crecer lo bueno mientras rompemos lo malo.

Cuando somos tercos, nos resulta difícil ver nuestro propio error.  Argumentaremos nuestro punto y nos mantendremos firmes en nuestra propia opinión.  Las personas cercanas a nosotros pueden sentirse frustradas porque luchamos en nuestra esquina hasta que se rinden (ya sea que tengamos razón o no).

En efecto, endurecemos nuestros corazones a las opiniones o voces de los demás.  Cuando endurecemos nuestros corazones, resistimos a la verdad.  Probablemente creemos que estamos obedeciendo a Dios, pero muy a menudo Él nos envía un mensaje a través de otras personas.

Dispuesto a Escuchar.

Tenemos que aprender a escuchar con una mente abierta a las perspectivas de los demás.  Podría ser el Espíritu hablando.  Proverbios 28:14b dice: “El que endurece su corazón caerá”.

Dios tiene un plan maravilloso para su vida.  Él tiene grandes lugares a los que quiere llevarlo y grandes personas que quiere liberar en su vida como amigos o mentores.  Sin embargo, es posible que tenga que esperar hasta que usted esté listo.

Todos sabemos lo que se siente al resistir el desafío e insistir en que tenemos razón.  Tenemos que aprender a dejar de discutir, humillarnos y escuchar.

Yo Me Rindo a El… ¿Por Completo?

Con las manos en alto, todos cantamos en alta voz: “Yo me rindo a El, yo me rindo a El”.  Pero en realidad, no lo rendimos todo, solo realmente rendimos lo que queremos.  Hebreos 3:15 dice: “Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones”.

Cuando su voz interior rechaza el desafío de los demás, ¿por qué no tratar de calmarla y escuchar los comentarios de su vecino?  Aunque le cueste toda su voluntad, elígela escuchar e incluso aceptar.  Exige una gran humildad, pero vale la pena.

Cuanto más nos sanamos de todas las heridas internas, más fácil es humillarnos.  Si usted quiere prepararse para 2023, únase a mi desafío gratuito de 5 días: ¡Empieze Su Año!  Dios lo restaurará, lo refrescará y lo fortalecerá, para que esté listo para un gran año.

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