How To Identify Trapped Trauma | CÓMO IDENTIFICAR EL TRAUMA ATRAPADO

By 1st April 2024 Uncategorised

Trauma cripples. Even seemingly insignificant events can leave us shaken. More often than not, we don’t understand the damage done and try to put it all behind us.  Sometimes we end up with irrational fears. 

 

Have You Been Marked By Trauma?

While you read, ask the Holy Spirit to highlight any marks left behind on your heart or life by trauma. Violence whilst growing may have produced anger or nervousness in later life. Perhaps fights at home have made you hate shouting.

A distressing trip to the dentist could make you anxious in other medical settings. A car crash might leave you uncomfortable driving, or an unpleasant experience on the road may have caused you to be a nervous passenger.

Perhaps you have adapted your routine so that you don’t have to look back at unpleasant memories. Maybe you avoid a particular town or talking to new people. You may change the subject if someone mentions a certain season or you look away when you pass a hospital. 

 

What Or Who Is Leading?

It is staggering how many of us have phobias or fears that control our lives. Romans 8:14 explains that as children of God, we should be led by the Spirit of God. However, all too often, buried memories dictate even daily decisions.

Trauma can even shape our personalities. Babies are not born shy. Distressing experiences open the door to intimidation. A short fuse, oversensitivity, passive-aggressive tendencies, emotional detachment or harshness are traits that are often borne out of distress. 

Even our preferences can be influenced by unpleasant events. You might not like hugs, going on vacation, being photographed or making telephone calls. Perhaps you think it’s your personality, but such aversions are often forged by pain. 

 

It’s Not Just The Big Things 

Even apparently insignificant experiences can so unpleasant that we try to turn away from the distress. But the pain sinks to the bottom of our souls and gets buried. Out of sight maybe, but trapped trauma affects our lives.  

Proverbs 4:23 could not be more true: “Guard your heart above all things, for it determines the course of your life.” The Lord does not want you to ignore old pain, He had made the way for you to be completely healed.

Although facing old pain can be unpleasant, the restoration Jesus brings creates peace and confidence. There is no trauma He can not heal. Psalms 147:3 (TPT) says, “He heals the wounds of every shattered heart.”

 

It Is Almost Inevitable 

There are many causes of trauma; from accidents, medical procedures and illnesses, to abuse, violence and unexpected loss. It is not always what you go through yourself. Sometimes it is what you witness that marks your life. 

It might be a child at the top of the stairs watching their parents fight or a soldier seeing atrocities. Irrespective of what caused the distress, what all these experiences have in common is their ability to cause lasting damage.  

It is only when our hearts are restored that we can completely defuse trauma’s impact on our lives. If you realise that you are still affected by old trauma, talk to the Lord about your experiences and ask Him to heal your heart. And please don’t miss our new heart academy course Overcoming Trauma and PTSD. Check it out here.

El trauma paraliza.  Incluso los acontecimientos aparentemente insignificantes pueden dejarnos conmocionados.  La mayoría de las veces, no entendemos el daño causado y tratamos de dejarlo todo atrás.  A veces terminamos con miedos irracionales.

 

¿Ha Sido Marcado Por Trauma?

Mientras lee, pídale al Espíritu Santo que resalte cualquier marca que el trauma haya dejado en su corazón o en su vida.  La violencia durante el crecimiento puede haber producido ira o nerviosismo en la edad adulta. Quizás las peleas en casa hayan causado que a usted no le guste levantar la voz.

Una visita angustiosa al dentista podría provocarle ansiedad en otros entornos médicos.  Un accidente automovilístico puede hacer que usted se sienta incómodo al conducir, o una experiencia desagradable en la carretera puede haberlo hecho ser un pasajero nervioso.

Quizás haya adaptado su rutina para no tener que recordar recuerdos desagradables.  Tal vez usted evite una ciudad en particular o evite hablar con gente nueva.  Puede que usted corra a cambiar de tema si alguien menciona una determinada estación o que usted mire hacia otro lado cuando pasa por un hospital.

 

¿Qué o Quién Lidera?

Es sorprendente cuántos de nosotros tenemos fobias o miedos que controlan nuestras vidas.  Romanos 8:14 explica que como hijos de Dios, debemos ser guiados por el Espíritu de Dios. Sin embargo, con demasiada frecuencia, los recuerdos enterrados dictan incluso las decisiones diarias.

El trauma puede incluso moldear nuestra personalidad.  Los bebés no nacen tímidos.  Las experiencias angustiantes abren la puerta a la intimidación.  La mecha corta, la hipersensibilidad, las tendencias pasivo-agresivas, el desapego emocional o la dureza son rasgos que a menudo surgen de la angustia.

Incluso nuestras preferencias pueden verse influenciadas por acontecimientos desagradables.  Puede que no le gusten los abrazos, o irse de vacaciones, o que lo fotografíen, o hacer llamadas telefónicas.  Quizás piense que es su personalidad, pero esas aversiones suelen estar forjadas por el dolor.

 

No Son Sólo las Cosas Grandes

Incluso las experiencias aparentemente insignificantes pueden ser tan desagradables que intentamos alejarnos de la angustia.  Pero el dolor se hunde hasta el fondo de nuestras almas y queda enterrado.  Quizás fuera de la vista, pero el trauma atrapado afecta nuestras vidas.

Proverbios 4:23 no podría ser más cierto: “Guarda tu corazón sobre todas las cosas, porque de él depende el curso de tu vida”.  El Señor no quiere que usted ignore viejos dolores, Él ha abierto el camino para que sea completamente sanado.

Aunque enfrentar un viejo dolor puede ser desagradable, la restauración que Jesús trae crea paz y confianza.  No hay trauma que Él no pueda sanar.  Salmo 147:3 (TPT) dice: “Él sana las heridas de todo corazón destrozado”.

 

Es Casi Inevitable

Hay muchas causas de trauma; desde accidentes, procedimientos médicos y enfermedades, hasta abuso, violencia y pérdidas inesperadas.  No siempre es lo que usted mismo pasa.  A veces lo que marca su vida es lo que usted presencia.

Podría ser un niño en lo alto de las escaleras viendo pelear a sus padres o un soldado viendo atrocidades.  Independientemente de la causa de la angustia, lo que todas estas experiencias tienen en común es su capacidad de causar daños duraderos.

Sólo cuando nuestros corazones sean restaurados podremos desactivar por completo el impacto del trauma en nuestras vidas.  Si usted se da cuenta de que todavía está afectado por viejos traumas, hable con el Señor acerca de sus experiencias y pídale que sane su corazón.  Y no se pierda nuestro nuevo curso de la Academia del Corazón “Superando el Trauma y el Trastorno de Estrés Postraumático”.

Por favor, no descarte las reacciones irracionales, use la oración de Rebeca para preguntarle al Señor por qué se sientes así.  Si a menudo se siente incómodo o ansioso, si tiene energía nerviosa o es irritable, nuestro próximo curso de Zoom “Superando el Trauma y el Trastorno de Estrés Postraumático” lo llevará a la paz y la libertad.  Compruébelo aquí.

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