After I got past the shock of my daughter’s sudden death, the question reeling in my mind was, “Why?” Why had God, the Creator of heaven and earth, allowed our little girl to die? Why us? Why her? I was tormented by my questions.
My husband and I were pastoring a growing church in London. We were serving the Lord with all of our hearts and had given our lives to the ministry. We had just one child at the time. She was a beautiful little girl with a gigantic personality.
Naomi means ‘our delight’ and that’s exactly what she was. So when she was tragically torn from us, our lives were shattered. One day she was running around our home and the next day she was fighting a losing battle for her life.
Why? perturbed me. I found myself coming back to the same concerns again and again. I thought that if I could just find out why she had to die, then I would be able to start a journey of recovery.
WHAT’S YOUR WHY?
I don’t know what you have gone through, but perhaps your suffering has led you to ask questions. “Why would a loving God allow this to happen? What did I do wrong? Why me? Why him?”
The untimely death of loved ones often causes people to ask why. Abuse can lead its victims to wonder what they did wrong. Divorce, separation, back-stabbing and betrayal make many struggle with why?
GETTING AN ANSWER
I learned that the word why is rooted in the Hebrew word for chaos. I realised that while I was seeking an answer, it would only lead to me confusion. Then God showed me that no explanation would ever be sufficient. There was no reason back then that He could have given that would have been enough for me.
I made a big decision. I decided to lay down the question of why. I chose to give up my right to an answer. I prayed: “I don’t know why Naomi had to die, but I don’t need to know anymore. I surrender my right to know and instead, Lord, I ask You to heal my heart.”
After I gave up on why, God began a deep healing work in my heart. He took me on a wonderful journey to restoration and complete freedom. If you have struggled with why, remember that holding onto that question will probably keep you confused. I encourage you to surrender in prayer. The relief will be tangible.
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Después de superar el impacto de la muerte repentina de mi hija, la pregunta que rondaba por mi mente era: “¿Por qué?” ¿Por qué Dios, el Creador del cielo y de la tierra, permitió que nuestra pequeña muriera? ¿Porque nosotros? ¿Porqué ella? Mis preguntas me atormentaban.
Mi esposo y yo pastoreábamos una iglesia en crecimiento en Londres. Estábamos sirviendo al Señor con todo nuestro corazón y habíamos entregado nuestra vida al ministerio. En ese momento sólo teníamos una hija. Era una niña hermosa con una personalidad gigantesca.
Naomi significa “nuestro deleite” y eso es exactamente lo que ella era. Entonces, cuando ella fue arrebatada trágicamente de nosotros, nuestras vidas quedaron destrozadas. Un día estaba corriendo por nuestra casa y al día siguiente estaba luchando en una batalla perdida por su vida.
¿Por qué? me molestó. Me encontré volviendo a las mismas preocupaciones una y otra vez. Pensé que si podía descubrir por qué tuvo que morir, entonces podría comenzar un viaje de recuperación.
¿CUÁL ES SU POR QUÉ?
No sé por lo que usted ha pasado, pero quizás su sufrimiento lo ha llevado a hacer preguntas. “¿Por qué un Dios amoroso permitiría que esto sucediera? ¿Qué hice mal? ¿Por qué yo? ¿Por qué él?”
La muerte prematura de un ser querido a menudo hace que la gente se pregunte por qué. El abuso puede llevar a sus víctimas a preguntarse qué hicieron mal. El divorcio, la separación, las puñaladas por la espalda y la traición hacen que muchos se pregunten ¿por qué?
OBTENER UNA RESPUESTA
Aprendí que la frase “por qué” tiene sus raíces en la palabra hebrea que significa caos. Me di cuenta de que mientras buscaba una respuesta, sólo me llevaría a confusión. Entonces Dios me mostró que ninguna explicación sería suficiente. En aquel entonces no había ninguna razón por la que Él pudiera haberme dado algo que hubiera sido suficiente para mí.
Tomé una gran decisión. Decidí plantear la pregunta de por qué. Elegí renunciar a mi derecho a una respuesta. Oré: “No sé por qué Naomi tuvo que morir, pero ya no necesito saberlo. Renuncio a mi derecho a saber y en cambio, Señor, te pido que sanes mi corazón”.
Después de que me di por vencida, Dios comenzó una profunda obra de sanidad en mi corazón. Me llevó a un viaje maravilloso hacia la restauración y la libertad total. Si usted ha tenido problemas con el motivo, recuerde que aferrarse a esa pregunta probablemente lo mantendrá confundido. Le animo a entregarlo en oración. El alivio será tangible.
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